sábado, 30 de julio de 2011

Causalidades y Sincronía

La percepción humana está limitada a la propia conciencia del hombre, así lo describe muchos textos hindúes y otros pensamientos orientales: "creamos nuestra propia realidad".
En el mundo actual donde la mente está absorta en el trajinar diario del trabajo, del quehacer del hogar, de la responsabilidad de los hijos y la familia, la mente está fuera de un contexto sutil, del sistema de cosas que no son perceptibles. En nuestras mentes llenas de ruido y donde constantemente somos invadidos por energías de todos tipos y de diferentes intensidades, no nos damos cuenta del control que podemos tener sobre las cosas, al contrario, creemos en el control que tienen las cosas sobre nosotros, aunque de repente, en muchos momentos de nuestras vidas tengamos un instante del reconocimiento de la existencia de energías y congruencias de hechos que se pueden tachar de una gran casualidad; o más bien de causalidad. Aunque nos ocurren frecuentemente no percibimos su valor fundamental en nuestra experiencia cotidiana.
Deepak Chopra en su libro "Sincrodestino" hace referencia que: como seres de infinitas probabilidades, no estamos encapsulados en el vaivén de los acontecimientos fortuitos, al contrario, estamos en comunión (común unión) con el macrocosmos, donde cada mecanismo de la naturaleza actúa en sincronía con los demás, lo podemos notar en el ambiente que nos rodea constantemente, aunque para nosotros sólo sea cuestión de lógica y azar, para el universo es la armonía de todos sus seres. Un ejemplo perceptible es el del movimiento de los bancos de sardinas que se mueven al unísono como si estuviera compuesto de un sólo organismo, o en las bandadas de aves, o en los enjambres de insectos. Si nos permitimos conectarnos con la fluctuación de la energía cósmica reconociéndolo desde lo mas profundo de nuestro ser podemos crear "milagros" constantes a nuestro alrededor en las señales (coincidencias o causalidades) que nos guían hacia lo que buscamos, creando la realidad que deseamos.
Recuerda cada paso que diste, las personas con las que te cruzaste, el momento exacto que te llegó una información, los riesgos que tomaste, cada palabra, cada sentir de cada instante te hizo tomar una decisión o te ayudó elegir el camino para lograr lo que ahora tienes, y nada fue coincidencia ni fruto del azar.
La potencialidad de todos nosotros es infinita, a veces sorprendente, si sabes escuchar tu interior, aquello que llamamos instinto, que nos hace sentir bien, puede expandir tu conciencia y convertir los sueños en realidades.
Por su parte Carl G. Jung indagó sobre lo que llamó el principio de "Sincronicidad" y que lo definió como "la concurrencia no casual de un suceso psíquico y otro físico que desafía la ley de la probabilidad y tiene sentido".
En el libro "la Novena Revelación" de James Redfield, el autor hace la narrativa de como la concatenación de varios encuentros entre personas aparentemente casuales conllevan hacia una serie de coincidencias. De hecho, explica que el acontecimiento del encuentro de alguna persona de manera "casual" en realidad tiene un significado o un fin primordial, pasarlos por alto puede definir tu futuro de manera diferente a lo que querías.


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